domingo, 2 de noviembre de 2008

¡DESPIERTA! ¡LA FELICIDAD ERES TÚ!

Despertarse es la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y descubrir qué lazos nos impide la libertad. Esto es la iluminación. Es como la salida del Sol sobre la noche, de la luz sobre la oscuridad. Es la alegría que se descubre a sí misma, desnuda de toda forma. Esto es la iluminación. El místico es el hombre iluminado, el que todo lo ve con claridad, porque está despierto.

No quiero que os creáis lo que os digo porque yo lo digo, sino que cuestionéis cada palabra y analicéis su significado y lo que os dice en vuestra vida personal; pero con sinceridad, sin auto engañaros por comodidad o por miedos.

Lo importante es el Evangelio, no la persona que lo predica ni sus formas. No la interpretación que se le ha dado siempre o la que le da éste o aquél, por muy canonizado que esté. Eres tú el que tiene que interpretar el mensaje personal que encierra para ti, en el ahora. No te importe lo que la religión o la sociedad prediquen.

La sociedad sólo canoniza a los que se conforman con ella. En el tiempo de Jesús y ahora. A Jesús no pudieron canonizarlo y por ello lo asesinaron. ¿Quiénes creéis que lo mataron? ¿Los malos? No. A Jesús lo asesinaron los buenos de turno, los más respetados y creídos en aquella sociedad. A Jesús lo mataron los escribas, los fariseos y sacerdotes; y si no andas con cuidado, asesinarás a Jesús mientras vives dormido. Despertarse es la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y la libertad.

Estás dormido

¿Y cómo sabré si estoy dormido? Jesús os lo dice en el Evangelio: “¿Por qué decís Señor, Señor, si no hacéis lo que os digo?” Si no hacemos lo que Dios quiere y nos dedicamos a fabricarnos un Dios “tapa agujeros”, es que estamos dormidos. Lo que importa es responder a Dios con el corazón. No importa ser ateo, musulmán o católico; lo importante es la circuncisión y el bautismo del corazón. El estar despierto es cambiar tu corazón de piedra por uno que no se cierre a la verdad.

Si estás doliéndote de tu pasado, es que estás dormido. Lo importante es levantarse para no volver a caer. La solución está en tu capacidad de comprensión y de ver otra cosa que lo que te permites ver. Ver lo que hay detrás de las cosas. Cuando se te abran los ojos, verás cómo todo cambia, que el pasado está muerto y el que se duerme en el pasado está muerto, porque sólo el presente es vivo si tú estás despierto en él.

Metanoia quiere decir despertarse y no perderse la vida. Es vivenciar el presente. Para saber esto hay un criterio: ¿Tú sufres? Es que estás dormido. Es igual que sepas muchas cosas y te dediques a salvar a las personas. "El ciego que guía a otro ciego" quiere decir que los dos están dormidos. Si sufres es que estás dormido. Me dirás que el dolor existe. Sí, es verdad que el dolor existe, pero no el sufrimiento. El sufrimiento no es real, sino una obra de tu mente. Si sufres es que estás dormido porque, en sí, el sufrimiento no existe, es un producto de tu sueño; y si estás dormido, verás a un Jesús dormido, que tú te has imaginado, que nada tiene que ver con el Jesús real, y eso puede ser muy peligroso.

Calderón dice: "Todo es según el color del cristal con que se mira." Si estás dormido no serás capaz de ver más que cosas dormidas, y no te darás cuenta hasta que despiertes. Pasará la vida por ti sin que tú la vivas.

Si tienes problemas es que estás dormido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana) el que crea los problemas. A ver si eres capaz de comprender que el sufrimiento no está en la realidad, sino en ti. Por eso, en todas las religiones, se ha predicado que hay que morir al yo para volver a nacer. Éste es el verdadero bautismo que hace surgir al hombre nuevo. La realidad no hace problemas, los problemas nacen de la mente cuando estás dormido. Tú pones los problemas.

Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, no como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación.



Anthony de Mello

lunes, 6 de octubre de 2008

Cambios y problemas en la Adolescencia

“CAMBIA…TODO CAMBIA…”

Adolescencia, momento de la vida donde se pueden sentir tormentos y fuertes emociones así como frecuentes enfrentamientos entre las generaciones jóvenes y la de los adultos.

Los cambios físicos aparecen a partir de los diez u once años en las mujeres y un poco después en los varones. Debido a la velocidad de la transformación del cuerpo, muchos adolescentes están preocupados por su apariencia y necesitan ser tranquilizados. Todo este crecimiento, utiliza gran cantidad de energía, lo cuál podría tener que ver con la necesidad que tienen de dormir más. El levantarse tarde de los adolescentes irrita a los padres pero no es producto de la pereza de sus hijos, sino de causas hormonales y físicas.

Es importante tener en cuenta que cada sujeto se desarrolla a un ritmo diferente.

Además del rápido desarrollo físico, se producen grandes cambios emocionales que aunque son positivos, a veces pueden ser confusos e incómodos para los adultos y para el propio sujeto.

Para construir una nueva forma de ser en el mundo… los adolescentes deben salir de sus casas. El grupo de amigos es lo más importante en este momento de la vida, y es el lugar donde ellos van a construir su nueva subjetividad. Los padres se hacen menos imprescindibles. Los jóvenes pasan mucho tiempo hablando por teléfono, al frente de la computadora, escuchando música o fuera de casa, lo que irrita a los padres y produce conflictos.

Los conflictos y discusiones, aunque sean frecuentes, no tienen que ver con la personalidad de los padres ni con el que ellos. No es que no nos aprecien o no nos quieran más, sino que está relacionado con la necesidad de los adolescentes de independizarse y construir su propio proyecto de vida.

A la vez que se esfuerzan por ser más independientes, intentan nuevos caminos; pero si se enfrentan con dificultades, suelen enfurecerse, estar mal humorados y perder la confianza en sí mismo; lo que los lleva a refugiarse en sus familias.



Los problemas más frecuentes que pueden atravesar los adolescentes son:

Problemas emocionales:

Que adolescente no se ha sentido tan triste que ha llorado y deseado alejarse de todo y de todos; pensando que lo vida no merece la pena vivirla. Estos sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede esconderse bajo excesos alimenticios, problemas para dormir y preocupaciones excesivas sobre su apariencia física.También pueden expresarse estos trastornos en forma de miedos o ataques de pánico.

Problemas de conducta:

Por un lado los adolescentes desean que sus padres sean claros y les suministren límites precisos pero cuándo esto se realiza, ellos sienten que le quitan la libertad y no le permiten tomar sus propias decisiones. Se producen desacuerdos y muchas veces los padres pierden el control no sabiendo que les está pasando a sus hijos, ni donde están.

Por lo tanto, es importante que los padres pregunten y conozcan donde están sus hijos, con quién están y adonde van. Y los hijos informen a sus mayores.

Problemas escolares:

Muchas veces los adolescentes rechazan ir al colegio expresando así una dificultad en separarse de sus padres. Esto se puede expresar en forma de “dolores de cabeza” o “estómago”.

Otros de los problemas puede ser la dificultad de integración al grupo de pares o conflictos con algún alumno, puede estar siendo acosado por algún compañero. Todas estas situaciones pueden hacer que concurrir al colegio se convierta en una experiencia solitaria y amenazadora.

Otros problemas pueden estar asociados a estados depresivos, ansiosos y a la falta de confianza en sí mismos para encarar los desafíos del aprendizaje escolar y el de hacerse de amigos.

Estos problemas emocionales afectan al rendimiento escolar, pues es difícil poder concentrarse en la tarea cuando se está preocupado por uno mismo, los problemas familiares o de amistades.

Problemas sexuales:

A veces los adolescentes son tímidos y están preocupados por su físico y esto lleva a que no hagan preguntas acerca del sexo a sus mayores. En otras oportunidades pueden recibir información errónea de sus amigos y compañeros.

En otras ocasiones, puede ocurrir que sus experiencias sexuales las realicen en situaciones de riesgo de embarazos no deseados o de posibles contagios de enfermedades de transmisión sexual. El frecuentar situaciones de riesgo puede indicar problemas emocionales o reflejar una necesidad de vivir al límite.

Para prevenir dichos problemas sexuales es importante que los padres, docentes, médicos de cabecera o centros de orientación familiar, ofrezcan a nuestros jóvenes la adecuada información y orientación sexual.

Problemas de alimentación:

Pueden sufrir de anorexia o bulimia nerviosa. Con respecto a la primera enfermedad, el sujeto se niega a comer y se ve con sobrepeso aunque realmente esté muy delgado. Con respecto a la bulimia, pueden tener sobrepeso o no pero ellos canalizan sus problemas a través de la ingesta inadecuada de alimentos, esto los deprime y hace que deseen superar este estado de ánimo a través de la comida produciéndose un círculo vicioso difícil de controlar si no se los pone en tratamiento.

Problemas con el uso de alcohol, drogas y pegamento:

El alcohol es la droga que mayor frecuencia causa problemas en los adolescentes. Los padres deben estar atentos a cualquier cambio repentino y grave de conducta de sus hijos.

La mayoría de las dificultades en la adolescencia no son ni graves ni duraderas, pero el adolescente tiene que pasar por alguna de ellas para constituirse en un ser libre e independiente con un proyecto de vida.

Los padres todavía cumplen un papel importante brindando una base segura a sus hijos. Para ello tienen que ponerse de acuerdo entre sí sobre como están manejando las cosas y apoyarse el uno al otro. No hay que realizar alianzas con el hijo, contra el otro progenitor.

Los padres son los que mantienen a sus hijos, por eso ellos tienen que decidir cuáles son las reglas del juego aunque a veces puedan ser negociadas y acordadas entre padres e hijos. Dichas reglas deben ser razonables y serán menos restrictivas cuándo el adolescente se haga más responsable.

Se debe mantener un diálogo fluido y permanente con los hijos así ellos podrán acudir a nuestro encuentro cuándo lo necesiten. Para ello es preciso que se sientan escuchados, no criticados y no avasallados.

Diálogo y escucha, dos principios fundamentales para afrontar todos los cambios que se suceden en este maravilloso momento de la vida de nuestros hijos.

Lic. Edith Beatriz Burgos

martes, 30 de septiembre de 2008

La pubertad, una etapa difícil...

Según la psicóloga Elena Borges, es habitual que los jóvenes cambien su humor y estado de ánimo pues 'se trata de una época difícil en la que los jóvenes sufren una crisis de identidad'. Los jóvenes se tornan más sensibles, aunque también es normal que se vuelvan más independientes y desobedientes. Esto hace que los conflictos y discusiones con los padres sean cada vez más frecuentes.
Borges recomienda a los padres el diálogo con el menor. 'Es necesario establecer una relación amistosa y de complicidad para ganarse su confianza'. La pubertad, el período previo a la adolescencia, es una de las épocas más difíciles para padres e hijos. Los niños se convierten en jóvenes y comienza a cambiar su cuerpo, su humor y su estado de ánimo. Empiezan a hacerse mayores, a ansiar una mayor libertad, a buscar nuevas amistades y a interesarse por aquellos temas que tanto preocupan a los adultos, como el tabaco, el alcohol, las drogas o el sexo.
Pero se trata de algo normal, pues es en esta edad cuando se despiertan sus hormonas y aumenta su curiosidad. Sus cuerpos crecen, se transforman, se desarrollan y comienza a surgirles el vello y el acné.

Los padres ven con impotencia cómo sus hijos de apenas diez años abandonan la infancia, la idolatrada época de la inocencia, y los nuevos jóvenes tampoco entienden qué les está sucediendo.

Las niñas pasan a transformarse en mujeres y los niños en hombres. A ellas les viene la menstruación, les crecen los senos y se les ensanchan las caderas, y a ellos les cambia la voz, aumenta el tamaño de sus genitales, se le ensanchan los hombros y su cuerpo se torna mucho más musculoso. Son muchos los cambios que tienen lugar en su cuerpo, aunque éstos suelen tener una de duración bastante menor que los psicológicos, que son los que más preocupan a los padres. Normalmente los efectos de la pubertad se alargan durante unos dos o tres años y comienzan a notarse antes en las niñas que en los niños (ellas empiezan a desarrollarse entre los 8 y los 14 años, mientras que ellos lo hacen entre los 10 y los 15), los psicológicos, en cambio, se suelen prolongar durante toda la adolescencia.


CAMBIOS PSICOLÓGICOS


Los cambios físicos que tienen lugar durante la pubertad van acompañados de cambios psicológicos. Según la psicóloga Elena Borges, es habitual que los jóvenes cambien su humor y estado de ánimo pues 'se trata de una época difícil en la que los jóvenes sufren una crisis de identidad'. A los menores les cuesta identificarse con su cuerpo y esto altera su estado de ánimo', comenta la especialista.

Los adultos suelen preocuparse, en muchos casos en exceso, por el nuevo carácter de sus hijos, por sus salidas, sus amistades y su vida sexual. Pero no saben cómo dirigirse a ellos para averiguar a qué pasa por sus cabezas o a qué dedican su tiempo cuando se encuentran fuera de casa.Los jóvenes se tornan más sensibles, sobre todo en el caso de las chicas debido a los cambios hormonales provocados por la menstruación y al frecuente aumento de peso que acompaña su desarrollo. Aunque también es normal que se vuelvan más independientes y desobedientes. Esto hace que los conflictos y discusiones con los padres sean cada vez más frecuentes.

Borges recomienda a los padres el diálogo con el menor. 'Es necesario establecer una relación amistosa y de complicidad para ganarse su confianza. Pero el adulto no deberá tampoco perder nunca el principio de autoridad, que no se deberá confundir con el de autoritarismo. Se trata de buscar un equilibrio'. Para lograrlo los padres deberán de respetar a su hijo y tratarle como a un adulto. También deberán hacerle sentir cómodo e intentar pasar un mayor tiempo junto a él. Los especialistas recomiendan hacer sus actividades favoritas junto a él y conversar sobre los temas que le interesan o preocupan. En estos casos es importante hacerle sentir cómodo y no menospreciar sus problemas si se decide a contarlos. Puede que al adulto le parezcan insignificantes pero sean realmente importantes para el adolescente. También resultará efectivo hacer partícipe al menor de las preocupaciones del adulto e intentar conocer a sus amigos. Tal vez los padres piensen que las amistades de su hijo no son las más adecuadas para él, pero lo mejor es no obligarle a abandonarlas. Según Borges, es mucho mejor conocerlas y darle la libertad para que las traiga a casa y así poder valorar la influencia que éstas ejercen sobre él. Si, por el contrario, la relación entre padre e hijo está muy dañada y resulta imposible establecer una relación de confianza entre ambos, la especialista recomienda acudir a un terapeuta profesional.

EFE

sábado, 27 de septiembre de 2008

Los adolescentes y su autoestima

Para muchas personas, la autoestima solamente depende de los logros y metas alcanzados, con independencia de las cualidades y peculiaridades de cada uno. Valorar la autoestima sólo por lo externo, a pesar de ser un punto de vista parcial, está cada vez más en boga: vales por lo que tienes, por lo que aparentas… No importa en realidad lo que eres. Quizá por eso, con frecuencia, la autoestima aparece “sobreestimada”, y es cada vez más difícil de lograr.
En un ambiente así, son los adolescentes quienes –quizá- lo tienen más difícil, ya que por definición, no se conocen a sí mismos, y dependen de los valores que se les presentan para poder juzgar lo correcto o incorrecto de sus actuaciones. Cuando abunda la trivialización de la vida (a través de modas y modelos más bien desafortunados), se vuelve todavía más complicada la superación exitosa de la adolescencia.
Nadie puede descubrirse a sí mismo sin entrar en relación con los otros, sin catar cómo es él o ella y compararse con lo que los demás esperan que sea. Pero esos otros, sus amigos, su “mundo”, su familia ¿de dónde sacan las ideas de cómo debe ser alguien “normal”? De lo que se refleja en la opinión pública que, a grandes rasgos, está constituida por los valores que se cotizan en la familia, la escuela, la Iglesia y –¡como no!- en los medios masivos de comunicación: televisión, cine, revistas, prensa escrita, etc.
Preguntémonos, pues, ¿cuál es el inventario de valores que la mayoría de los adolescentes parece tener hoy en sus mentes? ¿Cuáles son los modelos que imitan, y por qué los imitan? ¿En qué espejo se miran? ¿Quiénes son sus héroes, sus prototipos, sus ídolos…?
Hace unos días conocí los resultados de una investigación, publicados por un psiquiatra español, en el que destaca que, entre hombres y mujeres adultos, los rasgos más valorados hoy en día son aquellos que hacen referencia a cualidades físicas, a la personalidad y al sentido del humor… Mientras que la inteligencia, las cualidades morales o la coherencia de vida prácticamente no aparecen.
En el caso de los varones adolescentes se destaca cómo todos tienen afán por sobresalir en algún deporte, de tener cuanto antes un cuerpo de adulto (alto, musculoso y bien proporcionado); todos buscan la posibilidad de ganar –con el menor esfuerzo posible…-, alguna cantidad de dinero, de caer bien a las muchachas y ser populares. Y en cuanto a las adolescentes, quizá el valor que más interesa es el de responder a los patrones populares de belleza (han de ser guapas o, al menos, parecerlo), comprendiendo erróneamente que la apariencia agradable les abrirá todas las puertas de la vida.
En todos los casos: hombres y mujeres, adultos y adolescentes, el valor de la imagen (primero el tipo, luego el rostro, luego el cuerpo), ha ido cobrando una importancia cada vez mayor en esta sociedad nuestra. La personalidad se percibe como un valor de segunda clase, la inteligencia como un rasgo menor, el ser responsable y buen trabajador –a veces-, puede incluso estar mal visto. Todo esto arriesga a los adolescentes a enfrentarse con tres grandes peligros: en primer lugar la dificultad de lograr una autoestima adecuada, al pretender buscar solamente valores externos, físicos o superficiales; sin caer en cuenta de que la adolescencia es la etapa de los grandes ideales, de soltar amarras y dirigir la nave de la propia vida a un puerto que valga la pena. En segundo lugar, al desconocer en qué aspectos fundamentan los demás su propia autoestima, pueden perder la posibilidad de buscar los valores que de verdad humanizan. Y, en último término, al vincular en exceso las características del propio género con aspectos superficiales o secundarios, se corre el riesgo de caer en una crisis personal de identificación consigo mismo o consigo misma.
Quizá por eso hay tantos y tantas empeñados en encontrar su autoestima perdida. O en vender su dignidad por unos pocos billetes para poseer, o para hacer hasta lo imposible por bien parecer físicamente. Y sin duda, por eso, los adolescentes suelen ser presa fácil de los mercaderes de imagen, de aquellos que venden superficialidad y frivolidad.
La autoestima es, en realidad, producto del autoconocimiento, valoración de las propias cualidades y consecuencia de haber encontrado un norte seguro hacia el que orientar los pasos. Y ¿cómo no? De caminar hacia la meta, esforzarse, luchar; hasta lograr que se valore la lucha y no solamente los resultados.

Fuente: Iglesia.org


lunes, 22 de septiembre de 2008

¿Estamos confundidos?

N.B. Antes de leer, da un clic en el video y luego lee este mensaje.

La adolescencia y la juventud es una de las etapas críticas, complicadas, y a veces difíciles, para muchos. Nosotros los jóvenes nos enfrentamos en la vida cotidiana con todo tipo de problemas, nos metemos en problemas y, causa de eso, somos incomprendidos, odiados, maltratados, humillados…muchas veces nos privan de nuestra libertad, y nuestras opiniones no tienen valor para muchos.
¿Quién nos entiende en estos tiempos difíciles? ¿Quién nos da una mano amiga para aconsejarnos? ¿Por qué las personas no nos conprenden? ¿Qué es lo que busco en la vida? ¿Qué quiero para mí? ¿Cuál es mi objetivo? ¿Qué quiero ser en el futuro?
Si no tenemos a alguien en quien confiar y con quien compartir nuestros problemas, normalmente, terminamos renegando con nosotros mismos y con todo el mundo. Nos sentimos impotentes, confundidos... Es bueno y aconsejable, frente a estas situaciones, no desesperarnos. Recordemos, es un momento, es una “crisis”, un cambio brusco en nuestra vida. En la actualidad, hay personas que nos critican y no hacen nada para mejorar y cambiar el mundo.
Todo tiene una solución. Nuestra vida es un don y debemos valorarla, un regalo que debemos cuidarla. No caigamos en la trampa de los demás, que se presentan y se pintan como buenos amigos, pero en el fondo, solo quieren nuestra perdición y destrucción. ¡Ánimo! Tú eres el arquitecto de tu vida. Tienes a tu favor: la Sabiduría, la Voluntad y la Inteligencia. Estos valores son tus “amigos” que nunca te traicionaran. ¡Recuerda que el éxito está dentro de ti, búscalo y serás feliz!

Neto


lunes, 8 de septiembre de 2008

Es necasario abrir los ojos


En nuestra vida diaria, es necesario abrir los ojos para ver y observar las cosas que nos rodean. Eso nos permitirá, para encontrar soluciones a los problemas de cada día.

Muchos de nosotros, a veces, cometemos errores o "metemos la pata" por ignorancia, por soberbia o simplemente por curiosidad. Si tú vives en problemas, es que tú lo has permitido u otros te lo fabricaron y te la impusieron, por eso, es necesario analizar las cosas, tener un espíritu crítico y plantearse la vida de otra manera. Da pena ver muchos adolescentes metidos en problemas, a jóvenes inmersos en los vicios, y a causa de esto muchos padres lloran al ver a sus hijos malogrados, nuestra sociedad se corrompe, y va desapareciendo los valores, que algún día nos han enseñado. pero no nos quedemos en el pasado o fatalidades, al contrario levantemos la cabeza, abramos los ojos, reorganicemos nuestra vida..., porque la vida que llevamos no nos merecemos, hay superior a esta que vivimos diariamente y esta nueva vida es lo que debemos buscar, la felicidad es que debemos encontrar y es el éxito lo que debemos lograr. Tú tienes en manos todas las herramientas necesarias, ahora lo que falta es trabajar con perseverancia, sacrificio, responsabilidad, voluntad y creatividad.



Neto



miércoles, 3 de septiembre de 2008

Causas del Suicidio en los Adolescentes


En 1897, Emile Durkheim publicó el libro 'Suicide', en el cual examinaba las causas sociales y la naturaleza general del suicidio. Con éste comenzó el estudio del suicidio por parte de profesionales.

Sin embargo, ha sido sólo en los últimos 25 años cuando el estudio del suicidio entre jóvenes ha cobrado una especial importancia. En España se dice que es la segunda causa de muerte, tras los accidentes de tráfico, entre la población joven. El trabajo de investigación, en la última década, ha incluido el estudio del fenómeno del suicidio entre jóvenes con una orientación homosexual debido a que se han percatado de que cuenta con una tasa muy alta.

En 2001, Russell y Joyner presentaron los resultados de un trabajo sobre este tema en Estados Unidos. Analizaron datos de un estudio longitudinal de salud realizado con adolescentes y encontraron que los jóvenes con una orientación homosexual presentaban una mayor tendencia al intento de suicidio. Según los datos encontrados, estos jóvenes tienen una probabilidad dos veces mayor de intentar suicidarse, comparados con sus coetáneos heterosexuales. Para todos los jóvenes, uno de los factores que más se asociaba a las fantasías suicidas era el haber sido victimizado en alguna ocasión por cuestiones relacionadas con su sexualidad.

Otros factores de riesgo asociados al suicidio entre jóvenes varones eran:

§ La depresión

§ El abuso del alcohol

§ Una historia de suicidio en su familia

Para las mujeres jóvenes los factores eran:

§ La depresión

§ El abuso del alcohol

§ Una historia de suicidio entre su grupo de amigas

En cuanto a la victimización, podemos decir que en el Bachillerato, casi una cuarta parte de los jóvenes estudiados habían sido amenazados con violencia, y en más del 10% habían sido atacados físicamente. Cuanto más tempranamente los estudiantes podían identificar su orientación homosexual, más aumentaba la tendencia a sufrir ataques por parte de sus compañeros. Los varones eran victimizados con más frecuencia que las chicas.

Otros estudios realizados en Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda indicaron que de todas las personas entrevistadas, el 42% habían pensado alguna vez, o con frecuencia, con respecto al suicidio. De éstos, un 33% contó que había intentado suicidarse por lo menos en una ocasión y que dicho intento tenía que ver con su orientación sexual. Un buen número de intentos de suicidio se producían tras experimentar fuertes sentimientos homosexuales, y era posterior a la revelación de su orientaciónhomosexual. Este estudio fue crucial, porque mostró que muchos adolescentes que experimentan conflictos en torno a su orientación sexual (deseando negarla o reprimirla) se encuentran en mayor riesgo de suicidio.

Es muy probable que muchos jóvenes homosexuales, hombres y mujeres, se hayan suicidado sin haber revelado nunca su orientación sexual. Por lo tanto, los porcentajes ofrecidos probablemente son menores que los reales. Por otra parte, no todas las personas homosexuales tienen tendencias suicidas. Ello depende muchísimo, además de las variables de personalidad, de los sistemas de apoyo con los que cuentan.

¿Recuerdas el despertar de tu sexualidad en la adolescencia? ¿Te producía conflicto tu sexualidad? ¿Tuviste clara tu orientación sexual desde el principio? ¿Si eres homosexual, te costó asumirlo? ¿Cuánto influyó tu entorno en la aceptación de tu sexualidad? ¿Alguna vez te ha producido tanto conflicto tu sexualidad que has pensado en el suicidio? Es bueno y oportuno si sientes estos sentimientos consulta con alguien cercano a ti o pide asesoramiento, porque es lo más aconsejable, para ir superando algunos mitos y dificultades. ¡Ánimo!

domingo, 31 de agosto de 2008

Primeras experiencias

El tema de los adolescentes y de los jóvenes es muy compleja, porque van juntando varios aspectos que tienen que ver con la personalidad, la educación, la cultura y el aspecto social. Muchos consideramos que la etapa de la adolescencia y de la juventud es un tiempo de retos, desafíos, turbulencias, incomprensiones y hasta de confusiones. Tal vez, más la adolescencia, que la juventud. En esta etapa cuando los chicos o chicas no son bien asesorados u orientados, normalmente se meten en problemas, y estos problemas, muchas veces, traen serias consecuencias, si no ponemos atención, después nos lamentamos.

¿Pero, qué es la adolescencia?

La adolescencia es un proceso de la existencia del joven, en donde se realiza la transición entre el infante o niño de edad escolar y el adulto, es decir, es un momento crucial. Esta transición de cuerpo y mente, proviene no solamente de sí mismo, sino que se conjuga con su entorno, el cual es trascendental para que los grandes cambios fisiológicos que se produce en el individuo lo hagan llegar a la edad adulta. La adolescencia es un fenómeno biológico, cultural y social, por lo tanto sus límites no se asocian solamente a características físicas.

A diferencia de la pubertad, que comienza a una edad determinada (a los diez años en las niñas y doce o trece en los niños aproximadamente) debido a cambios hormonales, la adolescencia puede variar mucho en edad y en duración en cada individuo pues ésta relacionada no solamente con la maduración de la psiquis del individuo sino que depende de factores psico-sociales más amplios y complejos, originados principalmente en el seno familiar.

La adolescencia es el momento de nuestras vidas en que realmente comenzamos a aprender sobre el mundo que nos rodea y a encontrar nuestro lugar en él. Este aprendizaje implica el intentar nuevas experiencias, algunas de las cuales pueden resultar arriesgadas o incluso peligrosas. Los jóvenes a esta edad anhelan la excitación en una forma que la mayoría de los adultos encuentran difícil de comprender, sobre todo las actividades excitantes que pueden resultar peligrosas. Afortunadamente, la mayoría de los jóvenes buscan estas sensaciones en la música, el deporte u otras actividades que precisan de gran cantidad de energía pero que conllevan un escaso riesgo físico real.

Las primeras experiencias con la bebida, con drogas o el fumar generalmente tiene lugar en compañía de otros. Aquellos que lo hacen solos poseen un mayor riesgo. Las advertencias de los adultos al respecto suelen ser ignoradas, aunque si éstas proceden de algún adolescente mayor que ellos si suelen ser atendidas.

Por eso es necesario reflexionar, analizar todo el proceso y no debemos caer en el sentimentalismo ni en la curiosidad.